La función más conocida de la vitamina D es mejorar la absorción de calcio y fósforo, minerales fundamentales para el desarrollo de huesos, dientes y desarrollo muscular.
La vitamina D es un componente esencial del sistema inmune, participa en la respuesta inmune innata y adaptativa, protegiendo contra infecciones, y es regulador en la inflamación.
Además, la vitamina D participa en la regulación de la presión arterial.